jueves, 10 de septiembre de 2015

Traducción: ¡Feliz cumpleaños, Ana! Nuevo outtake de Cincuenta Sombras


Con motivo del cumpleaños de Ana hoy 10 de Septiembre, EL James publicó un nuevo outtake de Cincuenta Sombras el cual además contiene *SPOILER* el adelanto del que parece ser una de sus nuevas publicaciones. A continuación les dejamos la traducción. ¡Disfruten! 

Ana miró su reloj; tenía hora y media antes de que Christian la esperara en casa. Quizás debería irse a casa temprano. No... Que espere. Sonrió, sacó del montón de manuscritos uno al azar y comenzó a leer:

Fue su lengua la que primero llamó su atención, era pequeña y rosada, y estaba lamiendo deseperadamente el helado derretido que goteaba en riachuelos hacia abajo por el cono de oblea. Trató con pequeñas y delicadas lamidas, moviendo rápidamente su lengua entre y por sobre sus dedos, pero era una batalla pérdida. Luego, en un movimiento largo, barrió la corneta con su lengua y por sobre sus dedos.
Mierda. Su cuerpo se endureció inesperadamente. Frunció el ceño y se movió incómodamente en su banco. Trató de mirar lejos y echarle un vistazo a su café tibio. Pero el placer infantil en su rostro, sus brillantes ojos oscuros y la forma en que la briza veraniega de la tarde peinaba su largo cabello castaño lo atrajo a instantáneamente mirarla fijamente a través de la ventana del café. 
Sus ojos se movieron rápidamente al muelle para revisar que nadie estuviera viendo. Era una agradable tarde de septiembre; un viernes, y no había mucha gente alrededor. Ella mordió el final del cono, envolvió los labios en torno a el y lo chupó. Chupó fuerte y la vainilla desapareció por el pequeño remolino que creó.
Su mundo se congeló. Los pocos turistas a la redonda desaparecieron, y como el helado, él fu succionado en un vórtice bajo su hechizo. Su cuerpo se movió una vez más.
Ella miró hacia arriba, consciente de pronto de que alguien estaba observándola y sus ojos se encontraron a través del cristal; verde y café. Inclinó su cabeza hacia un lado y le miró fijamente y con atrevimiento. Él quería mirar lejos pero estaba atrapado - atrapado mirándola embobadamente, como un adolescente hambriento. Sí. Eso era lo que él estaba haciendo. Mirando boquiabierto a esta chica.
"¿Disfrutando el show?" ella gritó. No podía decir si estaba enojada, alegre o mal. Quería gritar de vuelta, Tanto como tu estás disfrutando el helado, pero no lo hizo. Había una pareja de ancianos a su lado, disfrutando un tranquilo té con crema de mitad de tarde y él no quería perturbarlos. Y, por supuesto, era tímido.
Ella inclinó su cabeza hacia el otro lado. "¿Bueno?" dijo en voz alta.
Él se encogió de hombros, avergonzado. ¿No tenía vergüenza - gritándole a un completo extraño en donde otros podrían oírle?
Dio un par de pasos hacia él, toda piernas largas y falda corta de verano, y lo contempló desde detrás de sus largas pestañas. Vació el interior del cono con esa pequeña y rosada lengua y luego chupó el final otra vez. Estaba fascinado. Usando una blanca polera ajustada a su piel, una minifalda de mezclilla y tacones bajos, era esbelta pero bien proporcionada - muy bien proporcionada. Se movió una vez más en su asiento. Ella demolió el resto del cono pero un último hilo de helado escapó hacia abajo desde su mano a su muñeca. Contuvo un gemido. Usando la misma mano, le saludó.
Inconscientemente saludó de vuelta, luego frunció el ceño y bajó el brazo. Ella tiró su cabeza hacia atrás y rió. ¿De él? ¿Con él? No lo sabía, pero su risa era contagiosa y sonrió. Ella sonrió y por alguna razón aplaudió con sus manos, y se dirigió a la puerta del café.
Mierda. Viene para acá. Un momento después estaba de pie en frente de él, sus mejillas sonrojadas y rosadas - ¿de vergüenza? ¿Emoción? No lo sabía. Ella era más bonita y mayor de lo que él había pensado en primera instancia.
"Hola," dijo extendiendo lo que, él sabía, debe ser una mano pegajosa. Sintió una punzada al pensar en su hijo menor.
"Hola," respondió. Tomando su mano ofrecida, la sacudió gentilmente.
"¿Eres un yanqui?"
"Soy americano, sí."
"¿Obtengo un café por mi pequeña exhibición?"
Estaba impresionado. Sentado e impresionado.
"Seguro."
Levantó sus manos y la joven y aburrida camarera estaba de regreso.
"Dos cafés, por favor," dijo.
"Un capuccino y un americano," la señorita Helado intervino sonriéndole con suficiencia. La camarera la observó con vago desagrado y a ritmo tranquilo volvió al mostrador.
"Así que, ¿qué está haciendo un americano bien parecido en el Muelle Southwold a mitad de la tarde?" 
¿Bien parecido? Las palabras golpearon su frágil ego.
"Negocio en su mayoría."
"Luces como que has estado pescando." Su tono era juguetón.
"Hoy, pescando. Por favor, toma asiento." Pensó que era raro, como ella había ido tan lejos para presentarse a si misma e insistir por un café, pero ahora se cernía a su lado esperando por una invitación a sentarse.
Se sentó en el banco adyacente y era capaz de admirar su adorable rostro. Ella estaba en sus veintes, no era la adolescente que el creyó inicialmente. Su consciencia y libido respiraron un poco más fácilmente, pero aun así era demasiado joven. ¿Demasiado joven para qué?
"¿Qué haces cuando no estás pescando?" preguntó, sus oscuros ojos brillando con curiosidad mientras jugueteaba con la cadena alrededor de su cuello.
"Observo a mujeres jóvenes comer helado."
Ella arqueó su ceja.
"Lo haces sonar sucio."
 Su cara se calentó. ¿Qué lo poseyó para decir eso? Quizás la forma en que la punta de esa lengua se atisbaba desde su boca mientras humedecía su labio superior. Le hizo removerse otra vez. Se sonrojó una vez más, avergonzado por la reacción de su cuerpo. ¿Tengo catorce? 
"¿Lo hago?" dijo y su voz era ronca.
"Lo haces. ¿Fue mi técnica?"
Parpadeó ante ella varias veces. Estaba coqueteando con él. ¡Coqueteando!
"Me gusta la chupada." respondió, sorprendido con la facilidad con la cual regresó su plática.
"A todos les gusta la chupada," sonrió.
"¿Cómo no podrían?" ¿Cómo demonios esta conversación había rápidamente caído en picada en la alcantarilla? Su sonrisa se amplió y el no pudo evitar imitar su expresión.
"Luces como un hombre por su propia cuenta."
¿Era tan obvio?
"Viajo solo," dijo.
Ella se inclinó hacia adelante y miró alrededor de forma conspiratoria antes de mirarle a los ojos. Su aliento se atoró en su garganta ante su proximidad.
"Bien. Porque también luces como un hombre en necesidad de una buena cogida."
El tiempo se suspendió... ¿Le oyó correctamente? ¿Acaba de decir "cogida"?
"¿Disculpa, señora?" 
"Lo oíste." Sonrió.
La miró boquiabierto, sin palabras. Todas las nociones preconcebidas que había tenido sobre su inocencia y falta de mundo yacen en una pila arrugadas a sus pies.
"Vamos, olvida el café," susurró. "Coger es mejor que pescar y luces como que lo necesitas tanto como yo. Hoy es tu día de suerte."

El teléfono de Ana vibró en el escritorio de su oficina, interrumpiendo su lectura. Era un mensaje de Christian.

Ven a casa. Ahora.
Tengo tu regalo de cumpleaños listo.
No es una petición.

Ana sonrió, un escalofrío delicioso corriendo hacia abajo por su columna vertebral, y le envió un mensaje de vuelta.

En camino, Sr. Grey.



Traducción: Fifty Shades Chile.

1 comentario:

  1. Será que es una nueva historia que E.L james está pensando en formar ?

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